Las convulsiones febriles son episodios convulsivos que pueden ocurrir cuando un niño pequeño tiene una fiebre que supera los 38 °C (100,4 °F).

Una convulsión febril puede ser aterradora para cualquier padre o cuidador, sin embargo, la mayoría de las veces, las convulsiones febriles no causan ningún daño, y por lo regular el niño no tiene un problema de salud más serio a largo plazo.

Generalmente, un niño que sufre una convulsión febril tiembla de pies a cabeza y pierde el conocimiento, y a veces, el niño puede ponerse muy rígido o contraerse en solo una parte del cuerpo. La mayoría de las convulsiones febriles duran un minuto o dos, aunque algunas pueden ser tan breves como algunos segundos y otras pueden durar por más de 15 minutos.


Las convulsiones febriles son episodios convulsivos que pueden ocurrir cuando un niño pequeño tiene una fiebre que supera los 38 °C (100,4 °F).

Aproximadamente uno de cada 25 niños tendrá por lo menos un episodio de convulsiones febriles, y más de una tercera parte de estos niños tendrán episodios adicionales antes de que superen la edad en la cual existe la tendencia a tenerlos. Las convulsiones febriles usualmente ocurren en niños entre las edades de 6 meses a 5 años y son particularmente comunes en niños que están en la edad de aprender a caminar. Los niños rara vez desarrollan su primera convulsión febril antes de los 6 meses o después de los 3 años. Entre más avanzada es la edad del niño cuando tiene su primera convulsión febril menor es la probabilidad de que el niño sufra otras.

Las convulsiones febriles se clasifican como simples o complejas:

Convulsiones febriles simple: Este tipo más frecuente dura desde unos pocos segundos hasta 15 minutos. Las convulsiones febriles simples no se repiten en un período de 24 horas y no son específicas de una parte del cuerpo.

Convulsiones febriles compleja: Este tipo dura más de 15 minutos, ocurre más de una vez en 24 horas o se limita a un lado del cuerpo de tu hijo.

Nadie sabe por qué ocurren las convulsiones febriles. Pero hay pruebas que sugieren que están relacionadas con la forma en que el cerebro del niño, cuando está en proceso de desarrollo, reacciona a la fiebre alta.

Si su hijo tiene un episodio de convulsiones febriles, mantén la calma y:

  • Coloca al niño con suavidad en el suelo.
  • Retira cualquier objeto cercano.
  • Acuesta a su hijo sobre un costado para evitar que se asfixie.
  • Aflójale cualquier prenda de ropa que lleve alrededor de la cabeza o del cuello.
  • Fíjate en si presenta signos de dificultades para respirar, incluyendo que el rostro se le ponga azulado.
  • Trata de registrar cuánto tiempo dura el episodio convulsivo.

Consulta con el médico de tu hijo lo más pronto posible después de la primera convulsión febril, incluso si solamente dura unos pocos segundos, y llama a una ambulancia para llevar a tu hijo a una sala de emergencias, si la convulsión dura más de cinco minutos.

Deja un comentario

Your email address will not be published.

You may use these <abbr title="HyperText Markup Language">HTML</abbr> tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

*