La ira, la rabia y la frustración son emociones frecuentes en los niños. Las pueden manifestar mediante rabietas, golpes, pellizcos y hasta con síntomas físicos, si el niño no sabe cómo controlar o manejar estas emociones tan intensas. Si no se controla, la ira se vuelve destructiva, razón por la cual es de vital importancia enseñar a los pequeños a dominar este sentimiento de manera saludable.
La ira en los niños es frecuente entre los 2 a 4 años. Los sentimientos de frustración aparecen ante una situación que el niño cree injusta o desagradable. No hay que reprimir estas emociones en los niños, únicamente mostrarles qué es lo que significan en un momento determinado y enseñarles las habilidades adecuadas para controlar la rabia y el enfado.
Algunos motivos por los que el niño presenta, de manera constante, estallidos de ira pueden ser:
- Estrés.
- Problemas físicos o emocionales que le causan miedo.
- Frustración e impotencia de no poder hacer o tener algo.
- Desorden bipolar.
- Depresión.
- Deseos de llamar la atención.
- Dificultad para comunicarse.
- Hipersensibilidad ante los estímulos.
- Cansancio, inseguridad y celos.
Aunque una rabieta de vez en cuando es normal, los padres deben esforzarse por controlar la ira en los niños. Hay varias maneras de enseñar a los niños el control de la rabia y el enfado, de esta manera empezarán a entender mejor sus emociones y sobre todo, a recuperar el control de su temperamento. A fin de lograrlo, toma en cuenta estas estrategias para educar a tu pequeño:
- No pierdas el control como padre. Si respondes con gritos, solo empeoras la situación y le confirmas al niño que su conducta es normal.
- Ayúdalo a desarrollar habilidades de autorregulación. Así estará preparado para
enfrentarse a cualquier situación adversa.
- Dale tiempo para calmarse. Permite algo de espacio en lugar de entrar en una batalla
con él.
- Actúa con firmeza, paciencia y amor; el niño aceptará cuál es su papel dentro del
- entorno familiar.
- Evita corregirlo cuando te sientas frustrado o molesto, ya que corres el riesgo de
maltratarlo.
- Enseña a tu hijo mediante el ejemplo. No creas que funciona el truco de “haz lo que digo y no lo que hago”
- Hazle saber que está bien enojarse, pero que la reacción desmedida es inaceptable.
- Enséñale a identificar su emoción, utilizando el lenguaje hablado para expresarse.
- Enumérale las razones por las que se le está negando algo que quiere como un dulce o ver televisión.
- Proporciona actividades entretenidas que le ayuden a canalizar sus emociones.
- Elogia y felicita a tu hijo por las cosas que haya hecho bien.
- Enséñale a reconocer sus faltas, admitir sus errores y pedir perdón.
Es necesario que los padres enseñen desde pequeños a sus hijos a expresarse, canalizar y manejar sus emociones lo mejor posible. Una de las ventajas es que se fomenta una mejor comunicación entre padres e hijos. Asimismo, el niño aprende que hay otras alternativas además del llanto para comunicarse: el diálogo. Mostrar empatía es otro de los beneficios que el niño adquiere al saber controlar sus emociones e interesarse por otros.
Finalmente, ayuda a tu niño a comprender que ustedes como padre o madre son los instructores.
En caso de que adviertas que a tu hijo se le hace muy difícil calmarse o si son muy frecuentes sus arranques de ira, llévalo con un especialista. El experto tendrá la capacidad de evaluar y brindar técnicas para controlar su enojo.
muy valiosa recomendaciones
Este tema es buenisimo, mi hijo de 3 años le dan tantas rabietas como respira en el día, al punto de que en algunas ocasiones se auto-agrede, pero he aprendido a no darle todo lo que pide a esperar pacientemente la calma y a ayudarlo mientras sale del shock. Pero en lagunas ocasiones confieso que yo tambien he perdido la paciencia en esas situaciones, y ahí se pierde la batalla.