Ataxia se define como la pérdida de la armonía del movimiento por alteración del equilibrio y coordinación.
En niños la ataxia puede ser congénita o adquirida. Dentro de las adquiridas la temporalidad es muy importante en su evaluación, pudiendo ser aguda, episódica o crónica.
Cuando un niño/a tiene ataxia los padres suelen consultar porque este “se niega a caminar”, porque presenta “marcha de ebrio”, o porque su andar “es distinto al habitual”, dado que aumentan su base de sustentación.
En la evaluación de un niño es importante de diferenciar una ataxia real de otras situaciones, tales como:
- Inseguridad en la marcha propia de lactantes (la que puede empeorar en un peak febril)
- Paresia (debilidad) de miembros inferiores
- Síndrome conversivo.
La ataxia en el niño es un desafío para los clínicos, debido a que debemos descartar causas potencialmente graves, antes de poder realizar un diagnóstico.
La ataxia cerebelar aguda post infecciosa, también llamada cerebelitis aguda, es la causa más frecuente, ocurre en pacientes de 2 a 5 años de edad,1 o 2 semanas posterior a un proceso infeccioso.
La causa viral es la más frecuente, siendo específicamente la Varicela la primera causa. Sin embargo, por definición es un diagnóstico de descarte.
Otras causas que preceden la ataxia infantil pueden ser:
- Intoxicación por fármacos o metales.
- Traumatismos cerebrales
- Tumor cerebral.
- Hemorragia cerebral causada por trauma, malformación vascular o tumor.
- Infección que corresponda a abscesos cerebrales, meningitis o encefalitis
- Infarto cerebral.
Una anamnesis, un examen físico completo, y algunos exámenes nos permitirán un enfrentamiento adecuado del paciente, pues el tratamiento de la ataxia dependerá de la causa que la haya provocado.
Si persiste incoordinación e inestabilidad a pesar del tratamiento causal, deberá iniciarse la terapia física.
Si sospechas que tu hijo/a presenta alguna sintomatología, consulta al Neuropediatra.
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