Cuando tu hijo te dice que aún no puede irse a la cama porque está jugando con Pancho, su amigo imaginario, es posible que salten las alarmas. En situaciones como esas muchos padres se preocupan pensando que quizá ocurre algo en la mente de su pequeño.
Sin embargo, los amigos imaginarios en niños son un fenómeno mucho más común de lo que creemos, y puede resultar incluso sano para los más pequeños.
Según los psicólogos especializados en el área infantil, alrededor de tres de cada diez niños de entre 3 y 6 años crean amigos imaginarios con los que juegan, hablan, inventan historias.
Muchos profesionales se han visto atraídos por este fenómeno y algunas de las explicaciones que se han encontrado para que los niños tengan amigos imaginarios son las siguientes.
- Para compensar carencias afectivas y sociales. Se decía que los niños huérfanos o institucionalizados tenían amigos imaginarios como forma de afrontar su soledad.
- Para construir personajes más poderosos, más inteligentes y con más habilidades que les ayuden a enfrentar su día a día.
- Para evitar la responsabilidad ante los errores cometidos.
- Se ha asociado también con hijos únicos o primogénitos, como modo de poder jugar con alguien más.
¿Cuándo debo preocuparme?.
Aunque los especialistas insisten en que un amigo imaginario es una especie de juego totalmente inofensivo para el niño e incluso beneficioso en casi todas las ocasiones, a veces puede crear algunos problemas que hagan necesaria la consulta con un profesional.
Esa consulta no estaría de más en estos casos:
- Cuando los niños no se relacionan con nadie más, sólo con su amigo imaginario.
- Si les impiden hacer actividades cotidianas.
- Cuando únicamente quieren que los dejemos solos, en compañía de su amigo imaginario.
- Si el niño deja de tener control y el amigo imaginario le ordena que actúe de una determinada manera.
Si tienes alguna duda sobre este tema o cualquier otro relacionado con el desarrollo de tu hijo no dudes en contactarnos.